Domingo 21.30 hs.: Explosión en el calefón de la cocina.
21.30.10 hs.: Cara de pánico de quien escribe. Agua caliente en la casa no more.
Lunes 16.00 hs.: La inmobiliaria dice "en la semana va el plomero"
Martes 15.30 hs.: Llama la dueña del depto.: "Ariel, mi gasista de confianza te va a llamar"
Jueves 17.00 hs.: Enfurecida, Ariel no apareció. 4 días de ducha con agua fría y contando.
Viernes 16.50: Ariel avisa que estuvo "ocupado" en la semana y que si tiene tiempo viene el sábado. Me retiré de la oficina 20 minutos antes, por la congestión y el terrible dolor de cabeza.
Sábado 11.15 hs.: Ariel, el Sr. gasista telefonea. Tiene un sábado complicado y va a venir recién el martes. Mi congestión del tamaño de Corea del Sur y yo, nos vamos a casa de mamá en Varela para darnos una digna ducha de agua caliente.
Martes 12.20 hs.: El gasista aparece (Sr. de 30 y pico, caja de herramientas, llavero de Winnie the Pooh (sí, Winnie the Pooh) y aro dorado en la oreja), arregla el calefón, de paso chequea la estufa (mínimo por toda la bayaspirina que consumí), se va.
Es así como después de una semana de bañarme con agua fría, comprar bayaspirina, tomar asqueroso te con limón (no importa que en la propaganda de Vick la Sra. se lo tome con placer, es un asco), después de Ariel y Winnie the Pooh... finalmente, el agua caliente y yo, volvimos a compartir techo.
21.30.10 hs.: Cara de pánico de quien escribe. Agua caliente en la casa no more.
Lunes 16.00 hs.: La inmobiliaria dice "en la semana va el plomero"
Martes 15.30 hs.: Llama la dueña del depto.: "Ariel, mi gasista de confianza te va a llamar"
Jueves 17.00 hs.: Enfurecida, Ariel no apareció. 4 días de ducha con agua fría y contando.
Viernes 16.50: Ariel avisa que estuvo "ocupado" en la semana y que si tiene tiempo viene el sábado. Me retiré de la oficina 20 minutos antes, por la congestión y el terrible dolor de cabeza.
Sábado 11.15 hs.: Ariel, el Sr. gasista telefonea. Tiene un sábado complicado y va a venir recién el martes. Mi congestión del tamaño de Corea del Sur y yo, nos vamos a casa de mamá en Varela para darnos una digna ducha de agua caliente.
Martes 12.20 hs.: El gasista aparece (Sr. de 30 y pico, caja de herramientas, llavero de Winnie the Pooh (sí, Winnie the Pooh) y aro dorado en la oreja), arregla el calefón, de paso chequea la estufa (mínimo por toda la bayaspirina que consumí), se va.
Es así como después de una semana de bañarme con agua fría, comprar bayaspirina, tomar asqueroso te con limón (no importa que en la propaganda de Vick la Sra. se lo tome con placer, es un asco), después de Ariel y Winnie the Pooh... finalmente, el agua caliente y yo, volvimos a compartir techo.
"It´s not the risk of what we lose..."
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